Dossier: Santa Fe. El largo proceso de su consolidación urbana y proyección territorial
Institucionalizar en la inestabilidad. Sylvestre Begnis, el IV centenario de la fundación de Santa Fe y los orígenes de la Región Centro
Institutionalize in instability. Sylvestre Begnis, the IV centenary of the founding of Santa Fe and the origins of the Central Region
Miguel Ángel De Marco (h)
migueldemarco@conicet.gov.ar
Academia Nacional de la Historia/
Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas
https://orcid.org/0000-0002-6259-0224
Resumen: A pocas semanas de que Juan Domingo Perón asumiera por tercera vez la presidencia de la República, en octubre de 1973, se conmemoró el IV Centenario de la Fundación de Santa Fe. Gobernaba la provincia el veterano dirigente político Carlos Sylvestre Begnis. La presente investigación -cuyo principal aporte radica en la consulta de documentación existente en el archivos particular del ex mandatario, entrevistas a sus colaboradores, y publicaciones periódicas de época-, analiza aquellos aspectos de su trayectoria vital y su interpretación de la historia Argentina que facilitaron y marcaron con su impronta tres acontecimientos estrechamente vinculados entre sí: los mencionados festejos del IV Centenario, la “Primera reunión nacional de legislaturas provinciales” y el acuerdo firmado con sus pares de Córdoba y Entre Ríos para establecer las bases de lo que décadas más tarde sería la Región Centro de la República Argentina.
Palabras claves: Historia, Política, Federalismo, Economía, Región Centro
Summary: A few weeks after Juan Domingo Perón assumed the presidency of the Republic for the third time, in October 1973, the IV Centennial of the Foundation of Santa Fe was commemorated. The province was governed by the veteran political leader Carlos Sylvestre Begnis. The present investigation - whose main contribution lies in the consultation of existing documentation in the former president's private archives, interviews with his collaborators, and periodical publications of the time - analyzes those aspects of his life trajectory and his interpretation of Argentine history that facilitated and marked with their imprint three events closely linked to each other: the aforementioned celebrations of the IV Centennial, the “First national meeting of provincial legislatures” and the agreement signed with their peers from Córdoba and Entre Ríos to establish the bases of what decades later It would be the Central Region of the Argentine Republic.
Keywords: History, Politics, Federalism, Economy, Central Region
La legitimación y el poder
Cuando el gobierno de la denominada “Revolución Argentina” entró en su fase final, bajo la presidencia de Alejandro Agustín Lanusse, y se fijó el cronograma electoral para la normalización institucional del país, el ex presidente Juan Domingo Perón, tempranamente definió que “su candidato” para disputar las elecciones a gobernador de Santa Fe, en 1973, sería Carlos Sylvestre Begnis, un dirigente extrapartidario, del Movimiento de Integración de Desarrollo (MID), y líder del bloque litoraleño de ese partido distanciado del sector representado por Rogelio Frigerio. Aun se encontraba en la memoria su laboriosa gestión como gobernador de Santa Fe por la Unión Cívica Radical Intransigente, entre 1958 y 1962, interrumpida como consecuencia del derrocamiento del presidente de la República Arturo Frondizi y la intervención a la provincia en abril de 1962. En esos cuatro años emprendió una serie de obras públicas de infraestructura que trascendieron los límites temporales de aquella gestión, cuya manifestación más elocuente fue impulsar junto al entonces gobernador de Entre Ríos, Raúl Uranga, la construcción del Túnel Subfluvial Santa Fe Paraná, que en definitiva se inauguró en 1969. También había implementado una política fomento industrial sin antecedentes, reformado la Constitución provincial, y a través de su ministro de Hacienda, impulsado la creación del Consejo Federal de Inversiones, que modificó los porcentuales de coparticipación federal, entre otros acontecimientos que implicaron un quiebre en la historia nacional y regional.[1]
Los orígenes que cimentaron el vínculo Perón-Sylvestre Begnis no eran políticos y se remontaban a la década del 30, cuando la esposa del joven oficial, Aurelia Tizón, fue su paciente. El líder en el exilio reiteró en 1972 su decisión de que todo el justicialismo de la provincia avalara la estrategia del Frente Justicialista de Liberación, integrado por el MID, y que Sylvestre Begnis encabezara la lista de candidatos por entender que el peronismo no contaba por sí mismo con una figura convocante para los sectores de la clase media, o con los pergaminos que podía ostentar Sylvestre Begnis como prestigioso cirujano y exgobernador “de feliz memoria” entre los santafesinos.[2]
En agosto de 1972 el MID pasó a integrar el Frente Cívico de Liberación Nacional (FreCiLiNa) y luego se sumó al Frejuli, en el marco del acuerdo de Madrid entre Perón y Frondizi. A principios de 1973 se proclamó oficialmente la fórmula Héctor Cámpora-Vicente Solano Lima para la presidencia y vicepresidencia, y la integrada por Sylvestre Begnis-Eduardo Cuello para la gobernación y vicegobernación de Santa Fe. Cuello, era dirigente de la Unión Obrera Metalúrgica, secretario general de las 62 Organizaciones y su candidatura a la vicegobernación fue propuesta por las mismas en un plenario al que asistieron delegaciones de toda la provincia. En los hechos, Cuello sería uno de sus más encarnizados adversarios.[3]
“Perón siempre estuvo con Sylvestre Begnis, no así el peronismo”, relató el ex senador nacional Miguel Salmén para sintetizar lo que sucedió en adelante. “Para Perón, Santa Fe fue siempre un pesado lastre moral y político y lo sufrió durante sus dos primeras presidencias: era la provincia mal administrada, con dirigentes poco confiables, díscola y la que le creaba conflicto. Por eso Sylvestre Begnis venía a resolverle un gran problema, aunque supiera que era antiperonista. La intranquilidad que le daba Santa Fe le empujó a hacer preguntas acerca de posibles candidatos, y referentes como Solano Lima le confirmaron que el prestigio de Sylvestre se mantenía intacto, entonces no dudó y lo sostuvo a pesar de las resistencias de su partido”[4], recordó Salmén, quien aseguró haber conversado sobre este tema puntual con el exgobernador en reiteradas oportunidades.
El 11 de marzo de 1973 debutó en la Argentina el sistema de doble vuelta electoral conocido como ballotage. La fórmula del Frejuli, integrada por Cámpora-Solano Lima se impuso en todos los distritos electorales, con excepción de Neuquén. Si bien no alcanzó el 50% exigido, el ballotage nunca se realizó porque los candidatos de la UCR, Ricardo Balbín y Eduardo Gamond, desistieron de participar en la segunda vuelta. El Frejuli triunfó en Santa Fe pero la división de los votos peronistas en sus dos fórmulas hizo necesaria la segunda vuelta. En esa instancia Perón se comunicó con él por teléfono para confirmarle que había dado órdenes expresas a su partido para que se lo votara sin oponer ningún tipo de reparos porque estaba convencido de que haría un buen gobierno.[5] El domingo 15 de abril la ciudadanía santafesina concurrió nuevamente a votar y la fórmula Sylvestre Begnis y Cuello, por la sigla MID, obtuvo el 63,4% de los votos.[6]
Por voluntad de la mayoría del electorado provincial pasó a ser el único exgobernador que resultó relecto en la historia santafesina. “Sylvestre Begnis, hombre de ciencia, político avezado y experimentado, con una trayectoria de honrada y limpia conducta, como progresista y sana fue su administración anterior, llega ahora al gobierno con el respaldo de varias corrientes partidarias y el aval rubricado por una neta mayoría ciudadana”[7], se afirmaba en la prensa. Sin embargo la contundencia de los votos no garantizaría al gobernador electo una gobernabilidad sin sobresaltos. A la delicada situación política partidaria se sumaba que el déficit presupuestario de la provincia y las últimas lluvias habían provocado la pérdida del 80% de la producción agrícola del norte.[8]
La asunción de Héctor J. Cámpora como presidente de la República, el 25 de mayo de 1973, implicó la normalización institucional del país[9] y la antesala del retorno al país del expresidente Juan Domingo Perón.[10] Ese mismo, Sylvestre Begnis, a sus 70 años de edad, asumió como gobernador de la provincia de Santa Fe.[11]
Desde su mocedad, como alumno del Colegio Nacional N. 1 “Domingo Faustino Sarmiento”, de Rosario, había demostrado un profundo interés por la historia patria. En referencia a la efeméride de la Revolución de Mayo que se conmemoraba en esa jornada reflexionó que habiendo transcurrido 163 años todavía no se había logrado terminar con “las divisiones que tanto mal habían hecho al país”. Aun así confiaba en que se lograría la unidad de “las fuerzas nacionales para servir a los intereses de la patria, recuperar la República y terminar con aspectos tan injustos como la ignorancia, el analfabetismo y el atraso en materia de salud pública”.[12]
Cuando el 12 de octubre, a consecuencia del llamado a elecciones Perón asumió por tercera vez la presidencia, Sylvestre Begnis interpretó ese acontecimiento, al menos públicamente, como el fin de la inestabilidad política y el inicio de una nueva etapa para concretar el Programa de Liberación y Reconstrucción Nacional impulsado por el Poder Central. Pero por sobre todas las cosas esperaba que Perón en la presidencia consolidara políticamente su propia gestión de gobierno frente a las maniobras de un sector del propio peronismo santafesino que apenas asumido ya anhelaban su caída a través de una intervención federal. Como se mencionó, Perón lo había ungido como su candidato a gobernador de Santa Fe sin ser peronista por propia voluntad y por lo tanto era la fuerza de su sostén. Por eso requería que Perón diera señales explícitas de su apoyo participando en la ciudad de Santa Fe en los festejos del IV Centenario de la ciudad, porque según los analistas políticos, era una oportunidad donde se observaría y calibraría el grado de compromiso del máximo líder del movimiento peronista con el médico oncólogo.
Ocasión para la validación
Un amplio universo de intereses y motivaciones aguardaban con ansiedad la posibilidad de contactar físicamente a Perón. Funcionarios de todas las provincias, militantes, simpatizantes, periodistas, empresarios, representantes de gobiernos extranjeros, etc. aguardaban con ansiedad ser recibidos por el flamante presidente de la República. El 12 de noviembre de 1973, inició la primera ronda con los máximos dirigentes políticos del país con el propósito de “analizar la situación interna y la posibilidad realizar una intensa tarea en común destinada a lograr la rehabilitación económica de la Nación”, y al día siguiente se reunió con los iniciadores del Frejuli ahora en el gobierno.[13]
Sylvestre Begnis por la mañana de ese agitado día 13 de noviembre visitó al presidente Perón en la Casa Rosada y lo invitó formalmente a participar en los actos conmemorativos del IV Centenario de la Ciudad de Santa Fe, de lo que se excusó “debido a sus altas funciones” que requerían de su presencia en Buenos Aires. “Fue la única vez que charlé mano a mano con él, fue en menos de tres minutos”[14], aseguró Sylvestre Begnis. Luego de aquel fugaz encuentro Perón recibió en una extensa audiencia al presidente de Bolivia Hugo Banzer.[15]
La crónica periodística permite también inducir que la ausencia estuvo motivada por recomendaciones médicas, ya que el día 14 permaneció en su domicilio de Gaspar Campos afectado por un resfrío, al punto de no asistir a la recepción brindada en Buenos Aires a su par boliviano, y el día 15, ya se encontraba recuperado en la Casa Rosada.[16] Distinto es el testimonio de un funcionario muy cercano al gobernador que asegura, por haberlo acompañado junto al intendente de Santa Fe, Campagnolo, en ese encuentro con Perón, que la ausencia se debió a una cuestión política en la que primó la voluntad de López Rega, lo que no es comprobable pero si factible. “Sylvestre dijo a Perón: ‘Santa Fe va a cumplir cuatrocientos años y nos gustaría que usted esté presente’, a lo que el respondió: ‘Voy a ir’; entonces se metió ‘el brujo’ (López Rega) en la conversación y lo corrigió: ‘No, usted no puede ir, ese día ya lo tiene agendado en otra cosa”, recuerda Carlos Rabazzi.[17]
Su par cordobés, Ricardo Obregón Cano había atravesado este tipo de turbulencias en ocasión de los festejos por el IV Centenario de la fundación de la ciudad de Córdoba, acontecidos el 6 de julio de ese año. Sectores dentro y fuera del peronismo provincial alentaban rumores de una Intervención Nacional, cuando el propio mandatario había redoblado la apuesta al afirmar que el entonces presidente Cámpora lo apoyaría frente a “algunos núcleos contrarrevolucionarios y reaccionarios que, aunque se llamen peronistas están en realidad comprometidos en un juego continuista” En la legislatura cordobesa, con mayoría del Fejuli, se estaba impulsando un proyecto del Ejecutivo de pasar a disponibilidad a funcionarios designados a partir de 1968. Estas fuertes tensiones del campo político se expresaron con mayor contundencia en aquellas provincias donde sus gobernadores habían ganado las elecciones con el apoyo de las alas juveniles más radicalizadas del peronismo: empezando por Córdoba, y siguiendo por Buenos Aires, Formosa, Salta, Mendoza y Santa Cruz, (Servetto, 2012). En la conmemoración del IV Centenario de Córdoba pudo exteriorizarse “la fortaleza de una tradición local, basada en el hispanismo católico, en el rescate del papel de la Iglesia en la ciudad como garante de un determinado orden social”, y su cuestionamiento “por nuevos actores sociales, como los sindicatos y los estudiantes”. (Philp y Canciani Vivanco, 2022). El historiador Efraín Bischoff se manifestó disconforme con la jerarquía y la importancia otorgada a la efeméride por el gobierno nacional y provincial por considerar que se habían privilegiado actos deportivos y sociales por sobre aquellos que destacaran al papel de la ciudad y la provincia en la historia argentina, representando así el sentir de otro grupo de la dirigencia cordobesa.
El IV centenario por el camino del medioO
Sylvestre Begnis, formado en la segunda década del siglo XX por docentes liberales en el Colegio Nacional N. 1 “Domingo Faustino Sarmiento”, de Rosario, profesó a lo largo de su actuación pública una enfática adhesión a los próceres de Mayo, de la Generación del 37, (no así hacia “el rosismo” del que siempre fue crítico, aunque guardó silencio en noviembre de 1973 cuando el peronismo logró que el Congreso sancionara la ley de repatriación de los restos de Juan Manuel de Rosas), de la Organización Nacional y de la Generación del 80. Militante de la Unión Cívica Radical y luego partícipe de la fundación de la Unión Cívica Radical Intransigente y del Movimiento de Integración y Desarrollo, destacaba la figura de Hipólito Yrigoyen como líder popular, y al mismo tiempo la de Arturo Frondizi como figura de síntesis de los proyectos nacionales, y por eso no sintió incomodidad por rescatar y promover una historia conmemorativa que incluyera una exaltación del rol del colonizador y el inmigrante como protagonistas del crecimiento de la Argentina, y al mismo tiempo el papel desempeñado por Santa Fe en la Emancipación y el federalismo argentino, y la defensa de los intereses del litoral ante el centralismo ejercido por Buenos Aires, la asignatura que por entonces consideraba pendiente (De Marco h, 2005).
Los actos del IV Centenario de Santa Fe comenzaron el 13 de noviembre, rememorando el desembarco y la fundación de la ciudad en 1573, con la escenificación del hecho histórico con vestimenta de época y con el lanzamiento de fuegos artificiales en el Parque del Sur. Al día siguiente, el arribó a Santa Fe el embajador de España en la Argentina, Luis García de Llera y Rodríguez, siendo especialmente agasajado por el gobernador. [18]
La ceremonia central se realizó el 15 de noviembre en Santa Fe la vieja, Cayastá, convertida ese día en sede del Ejecutivo provincial. Sylvestre Begnis “invistió la representación del presidente de la República”[19] y todo un gesto de fraternidad litoraleña regional fue el acompañamiento de los gobernadores de provincia, el de Entre Ríos y Córdoba, Enrique Tomás Cresto; y Ricardo Obregón Cano, respectivamente. En cuanto a representantes diplomáticos se destacó la presencia del embajador español, el ministro plenipotenciario de Gran Bretaña en la Argentina, Francisco Mainard; el representante paraguayo Waldimir Palacio y Palacio; y el agregado militar de la embajada de Brasil. En la oportunidad se inauguró el Monte Autóctono y el Museo del Descubrimiento y Población del Río de la Plata, y en la iglesia de San Francisco se ofició un solemne Tedeum. Asimismo se colocó una ofrenda floral ante la tumba de Hernandarias.[20] El mismo día arribaron a Sauce Viejo en el avión Tango 02 de la presidencia de la Nación, el secretario general de la presidencia, Vicente Solano Lima; el ministro de Educación de la Nación, Jorge Taiana, y el secretario de la misma cartera, Raúl N. Rapela.[21]
Las palabras pronunciadas por Sylvestre Begnis en la ocasión no pueden desvincularse de la admiración que siempre tuvo por los que se aventuraron a forjarse un destino en territorios inhóspitos, bajo el influjo de la exaltación de la figura de su abuelo materno, el piamontés Domingo Begnis, fundador de pueblos y colonias en el centro de Santa Fe y en lo que hoy es Misiones, expresó:
Atravesar tierras desconocidas, sin tener noticias de lo que pasaba a pocos kilómetros más adelante, es decir, completamente aislados, sin noticias en ese momento, y aún, muchos años después que llegaron de la madre patria, sino con intervalos de años tratando de civilizar, de reducir a los pobladores de esta zona a sus ideas, a su religión, a su manera de vivir, etc., trayendo el hálito de lo que ya era Europa, una civilización bien caracterizada, es una cosa que tenemos que pensarla con toda seriedad y respeto por esos hombres de un valor tal vez no igualado nunca en la historia y difícil de pensar que, con los medios tan precarios que tenían, con el aislamiento que significaba venir a recorrer estas tierras, les da el carácter de una epopeya muy singular.[22]
Dijo también que reflexionar sobre sobre aquello retemplaría el ánimo en el presente: para que nosotros, sin correr los riesgos, sin tener que hacer los esfuerzos, sin los compromisos que significó la epopeya de hace cuatro siglos, demos todo lo que podamos dar para que la Argentina nuestra recupere su vigor, su prestigio internacional y sea dentro de cien años, una de las grandes potencias mundiales.[23]
También recordó el conflicto originado entre Juan de Garay y el José Luis de Cabrera, en Coronda, por la puja por el control del territorio, y la solución lograda, entendiendo que era un ejemplo de como teniendo “distintas apreciaciones sobre la manera de encarar una acción que en cada uno tendía a un fin idéntico: el de servir mejor a la metrópoli”, hecho que relacionó con un anuncio: juntamente con el gobernador de Córdoba firmarían un convenio para la mejor utilización de los puertos santafesinos. En definitiva, sus palabras se dirigieron a subrayar “la importancia de la acción mancomunada de los argentinos, expresando que en esos momentos el país marchaba unido, felizmente, con la conducción de quién había sabido concretarla en demanda de grandes finalidades”,[24] en referencia a Perón.
La ceremonia por el cual se declaró inaugurada en la legislatura de Santa Fe la exhibición del cuadro “Los constituyentes”, de Antonio Alice, que inmortalizaba la sanción de la Constitución Nacional, el 1 de mayo de 1853, en Santa Fe, fue interpretado por el gobierno santafesino como una reivindicación de cultura federalista. El titular de la Cámara de Diputados, Rubén Dunda, sostuvo que más allá de sus valores estéticos, el cuadro “era un símbolo de los derechos provinciales, en adecuado funcionamiento del sistema federal”[25]. Lejos de cumplirse las expectativas señaladas de que el gobierno nacional lo cediera, la obra fue nuevamente llevada a Buenos Aires para exhibirse en el Salón de los Pasos Perdidos del Congreso de la Nación.[26]
Sylvestre Begnis asumió un lugar activo en la conmemoración del IV Centenario. Según él, su gobierno organizó los actos de esa semana en Santa Fe y Cayastá contando con la Comisión Honoraria Central de Homenaje al IV Centenario, presidida por Alcides Piedrabuena, proyectando una agenda para los meses subsiguientes que incluiría una exposición industrial como punto cumbre. En la noche del día 14 convocó a miembros de su gabinete y funcionarios policiales para repasar las actividades del día siguiente y verificar las medidas de seguridad reforzándose los servicios con policías de Rosario y departamentos vecinos. Además alentó la participación popular a través de una campaña de difusión y comunicación. Auspició, junto a otros aportantes, una edición especial a color en el diario El Litoral[27], y en la revista Evolución Argentina.[28]
La primera reunión nacional de las legislaturas provinciales
También se declaró abierta la mencionada Primera Reunión Nacional de Legislaturas Provinciales, que tuvo lugar en el Paraninfo de la Universidad Nacional del Litoral, un antecedente único en su tipo en la historia de la integración regional.[29] Allí estuvieron presente el ministro de Educación de la Nación, Jorge Taiana, y el secretario general de la presidencia, Vicente Solano Lima, que fue el portavoz del saludo de Perón.[30]
La reunión de legislaturas fue impulsada por el presidente de la Cámara Baja local, Dunda, y se desarrolló durante los días 15, 16 y 17, con la presencia de los titulares de todas las Cámaras de Diputados del país y los presidentes pro tempore de los respectivos Senados. Entre los temas a considerar se encontraban las inquietudes de cada provincia para integrar distintas regiones, a fin de un mejor aprovechamiento de los recursos y los pactos provinciales “que aseguraran la continuidad del proceso de liberación”.[31]
En el acto de clausura Sylvestre Begnis celebró el hecho de que los legisladores provinciales decidieran reunirse en Santa Fe, enalteciendo de esta manera los festejos del IV Centenario, y que lo hubieran hecho sin la presencia del Estado Nacional aunque aclaró que esto no tenía ningún significa de independencia sino que era la iniciación de un proceso de reconstrucción del país sobre bases distintas al proceso de centralización que había significado la postergación de las provincias.[32]
Sostuvo además que en la Argentina el proceso de centralización postergó el interior y por eso “todos juntos” debían remediar los males actuales colaborando para lograr “un país fuerte, transformando al interior en una potencia propia”. Ejemplificó con el caso de la red vial existente, la que debía restructurarse para “servir a los intereses del país y no del exportador”.[33] Al respecto Dunda recuerda:
Entendí que para ese momento, aprovechando los 400 años de la provincia, lo oportuno pasaba por la discusión de la descentralización de las decisiones político-administrativas del país. Después de tantas dictaduras era inapropiado el panorama de gestión del gobierno nacional, todo se hacía en Buenos Aires. Así que cuando organizamos el Congreso lo titulamos ‘Centralización Estratégica y Descentralización Administrativa para la Liberación Nacional’. Entendíamos que descentralizar era casi un imperativo de la democracia. Pero a caballo de esto, los gobernadores prepararon una serie de actos afines con el asunto, a los que las legislaturas habían ya posicionado. Así aparece este tema, de la regionalización, que en realidad es una constante en las discusiones, por lo menos desde el período de Tessio en adelante.[34]
Del otro lado del río, en Paraná, a la par de esta iniciativa se realizó en esos días las denominadas “Primeras Jornadas Entrerrianas de Comercio interprovincial”, con la participación de funcionarios de comercio e industria de distintos puntos del país, que decidió la formación de la Corporación Federal de Producción y el Abastecimiento cuyos objetivos serían “la planificación y coordinación de la producción, industrialización, comercialización y abastecimiento de bienes y servicios, concertar precios entre las provincias productoras y consumidoras, a fines de compatibilizar la producción e implementar una política de sustitución de la producción”.[35]
“El antecedente” de la región centro
Tal como lo había promovido en su primer mandato, Sylvestre Begnis, oriundo de Bell Ville, provincia de Córdoba, litoralense de alma pero con el corazón en la “pampa gringa”, la zona agrícola y ganadera del sur de esa provincia, Santa Fe, y Entre Ríos, -que tanto había recorrido desde su juventud, visitando sus pacientes, creando lazos de amistad y de compromiso político-, promovió el diálogo entre los mandatarios provinciales. Entre 1958 y 1962 fue anfitrión de las reuniones de gobernadores que se volvieron periódicas durante la gestión Frondizi impulsando desde la misma la articulación de políticas conjuntas. Por eso se explica que en ocasión de los festejos por el IV Centenario de Santa Fe invitara a los gobernadores de Córdoba, Ricardo Obregón Cano, y de Entre Ríos, Enrique Tomás Cresto, a firmar en “Santa Fe la Vieja” una Carta Intención, por la cual se acordó promover y constituir una instancia institucional de unidad regional, que luego fue interpretado como el jalón inicial de la Región Centro. Aquel trascendente acto pasó prácticamente inadvertido por la prensa nacional, aún para gran parte del periodismo santafesino. Sylvestre Begnis ofreció ese mismo día un cocktail a su par cordobés, Obregón Cano, al que además recibió en su despacho para tratar distintos temas de actualidad. Estando presente el vicegobernador Cuello, el ministro de Gobierno Rosua, el secretario de la gobernación Enrique Rojo, el titular del Frejuli santafesinoa, el diputado Carlos Mattana, y el secretario general de la CGT santafesina.[36]
Como resultado de las conversaciones de los gobernadores de Santa Fe, Córdoba y Entre Ríos, se pautó una reunión de los ministros de Hacienda de las mencionadas provincias, la que se concretó diez días después en la ciudad de Santa Fe, bajo la presidencia del ministro Angel Prece (midista), que participó con los funcionarios de su cartera. Lo mismo hicieron sus pares, de Entre Ríos, coronel Jerónimo Cerini; y de Córdoba, José Fierro. En la misma se resolvió constituirse “en estado de consulta permanente” para procurar las soluciones de los problemas comunes. El temario comprendió: avicultura, carnes rojas, oleaginosas, precios, producción y comercialización de productos regionales. Asimismo se resolvió solicitar a la Junta Nacional de Carnes la creación de un organismo consultivo integrada por un coordinador designado por cada una de las provincias, que sirviera de nexo entre cada una de las etapas ejecutivas de la política de carnes.[37]
La carta de compromiso[38] firmada por los gobernadores el 15 de noviembre de 1973 lejos estaba de avizorar el nacimiento formal de una “Región Centro”, tal como hoy se la conoce como resultado de la reforma constitucional de 1994. Se trataba de una manifestación de la voluntad de los mandatarios de avanzar en la articulación para el desarrollo. El diario “El Litoral”, de la capital santafesina resaltó: “En Cayastá, los gobernadores de Santa Fe y Córdoba suscribieron un acta de compromiso para que la producción de estos estados sea canalizada por nuestra estación portuaria”, un largo anhelo de la dirigencia local que por esos días volvió a manifestarse por la reactivación del puerto.[39]
El 16 de noviembre, Sylvestre Begnis recibió al diputado nacional José Amado Saleme, del Frejuli, miembro de la Comisión de transporte de la Cámara de Diputados coincidiendo con la iniciativa de generar un movimiento de opinión favorable a la reactivación portuaria de Santa Fe y los demás puertos provinciales. El mandatario se puso al frente del mismo, estableció la fecha de reuniones y convocó a participar de ellas a sectores empresariales, gremiales y representativos de la actividad oficial con injerencia en lo portuario.[40]
La iniciativa de integración de las tres provincias quedó rápidamente frustrada por la inestabilidad política del período. El 10 de marzo renunció Obregón Cano y su provincia fue intervenida por el gobierno nacional sobrevolando la misma amenaza para Santa Fe. Dos años más tarde, un Golpe de Estado pondría fin a las gobernaciones de Sylvestre Begnis y Cresto.
Aquel encuentro es una definición de la personalidad política de Sylvestre Begnis, un veterano dirigente de la convulsionada historia argentina del siglo XX, tratando de sembrar espacios de posibles realizaciones a pesar de la coyuntura. En tiempos que una especie de lupa se cernía sobre los mandatarios provinciales para observar si “jugaban” dentro de la “tendencia” o de la “ortodoxia” peronista, en definitiva se reunió con Obregón Cano, a pesar de los costos políticos que esto le podría deparar. La presencia de Cresto en la reunión, de una trayectoria histórica productivista desde el primer peronismo, en una provincia donde la Juventud Peronista no pudo tener la incumbencia otorgada en Córdoba (Maidana, 2013), compensaba aquel cuadro.
Veinticinco años más tarde, el gobernador Jorge Obeid, en el discurso que pronunció en el acto por el cual se firmó el Tratado de Integración que dio por conformada la Región Centro, reconoció a la Carta Intención de 1973 como “el antecedente más firme producido en las últimas décadas sobre este tema”.[41] Se establecía en ella la necesidad de trabajar en conjunto: “con el objeto de concretar en un futuro inmediato la acción tendiente a desarrollarse e integrarse armónicamente en lo económico, social y cultural, aprovechando para ello no sólo los recursos naturales de las tres provincias signatarias, sino también el uso de los puertos sobre el río Paraná”, lamentándose que las interrupciones institucionales y la atención de otras prioridades, no hicieran posible transitar el camino marcado “por los prohombres”.[42]
Un dato ilustrativo del interés del gobernador Sylvestre Begnis por las raíces históricas de los procesos del presente fue la participación de la provincia en la realización del Tercer Congreso de Historia Argentina y Regional, celebrado en las ciudades de Santa Fe y Paraná entre el 10 y el 12 de julio de 1975 bajo el patrocinio y organización de la Academia Nacional de la Historia. El gobernador de Santa Fe presidió el acto inaugural y pronunció un conceptuoso y extenso discurso, que improvisó, y cuyo eje principal fue que en momentos tan difíciles como los que atravesaba el país los historiadores debían dar pautas para orientar el quehacer de los políticos.[43]
Según su análisis la “etapa de oro” de la Argentina fue la comprendida entre 1880 y 1930, en la que se otorgó al país el vigor necesario como para desarrollase aceleradamente ocupando un lugar destacado en el concierto mundial. Y siendo coherente con un pensamiento firmemente sostenido en anteriores oportunidades responsabilizó al golpe de Estado de 1930 de haber sumido al país a una situación de fracturas institucionales de la que este no se había redimido, impidiendo su transformación económica y la unión de todos sus habitantes.[44] El gobernador quería que el país retornara a aquel modelo que había posibilitado el desarrollo nacional, en el que su familia inmigrante había progresado, en el que él se había podido formar gratuitamente en establecimientos públicos, realizarse profesionalmente y alcanzar una muy buena situación económica.
En la sesión de cierre, el presidente de la Academia Nacional de la Historia, Ricardo Piccirilli, celebró el incremento de los estudios históricos regionales que en reuniones como la de ese tipo permitían a los pueblos de las provincias “observarse entre sí”; al mismo tiempo que trazó sus aspiraciones en la materia, que bien podrían ser asumida por las jóvenes generaciones de historiadores como reto y desafío:
Historia Argentina Regional, veraz, documentada y auténtica; capaz de rescatar en el tiempo las posibles cuanto también frecuentes omisiones de que padece la Historia General; Historia Regional, limitada o extensa, siempre auxiliar eficaz en los trabajos de consulta y el huroneo de los testimonios y las fuentes; Historia Regional que las más de las veces investiga, descubre y fija las tendencias y los hábitos determinantes de la vida de un pueblo.[45]
Conclusión
Sylvestre Begnis terminaría por plasmar “su propio proyecto político-histórico” al crear, en 1975, el Movimiento Línea Popular, al renunciar al MID y romper con Frondizi, Frigerio, y con los funcionarios del Justicialismo que quedaban en el gobierno provincial. Al redactar las bases del flamante partido lo situó por sobre la tradicional antinomia que enfrentaba a peronistas y antiperonistas entendiendo que la verdadera división que aquejaba al país era la división entre “quienes defendían los factores de estancamiento y dependencia y quienes procuraban un desarrollo nacional humanista no economicista”.[46]
Colaboradores cercanos a Sylvestre Begnis expresaron que el historiador Félix Luna habría participado en la elaboración de esa plataforma. Consultado este último en 2004, dijo no recordarlo aunque tampoco lo descartó. También opinó que “Sylvestre”, a quién conocía desde 1955, aspiraba a detentar la conducción nacional partidaria (chocando en tal sentido con Frigerio) y consolidar su rol de líder regional interprovincial, y por qué no, llegar a la más alta magistratura de la Nación.[47]
Tanto en la realización como en la fundamentación gubernativa que animó a los acontecimientos referidos sucintamente en este artículo: el IV Centenario de la fundación de la ciudad de Santa Fe; la primera reunión nacional de legislaturas provinciales; el acuerdo entre los mandatarios de Santa Fe, Córdoba y Entre Ríos, como antecedente de la Región Centro, y el apoyo otorgado al congreso de la Academia Nacional de la Historia; se observa con notoriedad aquella impronta del pensamiento de Sylvestre Begnis -señalada por Luna (compartida por los “sylvestristas”)- de revindicar para la provincia y para sí el cumplimiento de un legado histórico de liderazgo regional y nacional, y su voluntad de aportar a alianzas sociales y políticas para el fortalecimiento de las instituciones. Aspiraciones que, por otra parte, tributaban a lograr un umbral de estabilidad que él mismo necesitaba para consolidar la gestión de gobierno en una coyuntura signada por la conspiración sin tregua de quienes se consideraban con derecho a detentar la conducción del Ejecutivo provincial en el que lo había situado Juan Domingo Perón y el sufragio.
A partir del surgimiento del Movimiento Línea Popular -pasando por su derrocamiento en 1976, y el rechazo a la convocatoria de participar en el gobierno de la dictadura militar-, hasta su muerte, ocurrida cuatro años más tarde, sus declaraciones y escritos continuaron hicieron eje en que la recuperación de la democracia debía realizarse a partir de “una fuerza popular institucionalizada, que hiciera la gran síntesis argentina”[48].
Referencias bibliográficas:
De Marco, M. (2005). Carlos Sylvestre Begnis, liderazgo y gobierno en el desarrollo del litoral argentino. Buenos Aires: Grupo Identitaria-Editorial Dunken.
Philp, M. y Canciani Vivanco, M. V. (2022). Representaciones del pasado y del presente. A 400 años de la fundación de la ciudad de Córdoba. Coordenadas, Revista de Historia local y regional, 9 (1): 153-166.
Maidana, C. (2013). La conformación de la Juventud Peronista en Entre Ríos, 1971-1973. Hablemos de Historia (7): 165-189.
Servetto, A. (2012). Historia de una relación compleja. La Juventud Peronistas y los gobernadores “populares”: de compañeros a traidores. Prohistoria, vol.18: 123-141.
[1] Archivo Privado de Carlos Sylvestre Begnis (en adelante APCSB), carpeta del MID, documento del departamental Rosario, 28 de agosto de 1972, y carpeta Campaña 1973.
[2] Entrevista a Danilo Kilibarda, Santa Fe, y Héctor García Solá en marzo y julio de 2004, y Alberto Borella, Buenos Aires, junio de 2004.
[3] Archivo de Redacción del diario La Capital, sobre correspondiente a Eduardo Cuello, antecedentes mecanografiados entregados al matutino en ocasión de la campaña de 1973.
[4] Entrevista a Miguel Salmén, Rosario, julio de 2004.
[5] Entrevista al ex gobernador de facto de la provincia de Santa Fe, Oscar Salvi, julio de 2001.
[6] Nuevo Diario, de Santa Fe, 16 de abril de 1973.
[8] Clarín, 21 de mayo de 1973.
[9] Nuevo Diario, 25 de mayo de 1973.
[10] La Capital, 26 de mayo de 1973.
[11] Periódicos de distintos puntos de la República reseñaron su trayectoria política, profesional y académica, destacando la fecundidad de su primer gobierno. Ver La Prensa, 22 de mayo de 1973, y La Nación, 25 de mayo de 1973, entre otros.
[12] La Prensa, 22 de mayo de 1973, y La Nación, 25 de mayo de 1973.
[13] El Litoral, 12 de noviembre de 1973.
[14] Discusión, número correspondiente a noviembre de 1974, p. 9.
[15] El Litoral, 13 de noviembre de 1973.
[16] Clarín, 14, 15 y 16 de noviembre de 1973.
[17] Entrevista a Carlos Rabazzi, Santa Fe, abril de 2004.
[18] El Litoral, 15 de noviembre de 1973.
[19] Clarín, 16 de noviembre de 1973.
[20] APCSB, Programa de Actos del Cuarto Centenario de Santa Fe entregados al gobernador por la Dirección General de Relaciones Públicas y Ceremonial.
[21] El Litoral, 15 de noviembre de 1973.
[22] El Litoral, 15 de noviembre de 1973.
[23] El Litoral, 15 de noviembre de 1973.
[24] El Litoral, 15 de noviembre de 1973.
[25] Clarín, 15 de noviembre de 1973.
[26] El Litoral, 28 de abril de 2005.
[27] El diario de mayor tirada provincial en aquel entonces, el diario La Capital de Rosario, no salió a la calle el 15 de noviembre por un conflicto salarial entre los propietarios y el personal gráfico. Situación similar se había dado en El Litoral, el día anterior pero los empleados decidieron trabajar a reglamento. El suplemento ilustrado del IV Centenario tuvo las siguientes colaboraciones: “Estampas del comienzo”, Agustín Zapata Gollán; “Pautas para una historia del arte santafesino”, J. M. Taberna Irigoyen; “La Catedral que no fue”, Gustavo Vittori; “Cultura 400. De los cronistas de indias a los narradores del 73”, Antonio Camacho Gómez; “Desarrollo arquitectónico de Santa Fe”, José Pérez Martin; “Recién fundada sobre la barranca”, Leoncio Gianello; “Una historia portuaria que nace con esa puerta a la tierra”, Eduardo Barone Daneri; “La industria santafesina en cuatro siglos”, Luis Fernando Giadiño; “La educación”, por Salvador Caputto; “Acerca de las colonias fundadas por la inmigración”, Gastón Gori; etc.
[28] Esta última se especializaba en temas agrícolas, ganaderos, comerciales, industriales y turísticos, y era dirigida por Ricardo H. Carpignano. Un ejemplar encuadernado con letras doradas, que es el que consultamos para este escrito, fue obsequiado al gobernador. La portada fue ilustrada con una fotografía del monumento a Juan de Garay existente en la ciudad de Buenos Aires, y con la leyenda “Segundo Estado Argentino, emporio ganadero, agrícola e industrial de la nación”. En la primera página, junto a las fotografías del presidente Perón y la vicepresidente, su esposa, María Estela Martínez de Perón, se transcribió un fragmento del acta: “fundo y asiento y nombro esta ciudad de Santa Fe, en esta provincia de calchines y mocoretás”, y los límites asignados a su jurisdicción para señalar que la efeméride se refería tanto al núcleo urbano que tuvo si primer asentamiento en Cayastá, como al territorio de la provincia de Santa Fe. Luego, se publicó una reseña biográfica del gobernador, las fotografías de sus ministros, el vicegobernador Eduardo Félix Cuello, y la de funcionarios del área comunicación. El presbítero Francisco M. Scotto, de la parroquia Nuestra Señora de la Asunción, de la localidad de Tacural, departamento Castellanos tuvo a su cargo una reflexión espiritual sobre aniversario, mientras que el doctor Federico Guillermo Cervera, escribió especialmente para “Evolución argentina”, una columna titulada “Santa Fe: Cuatro centurias”. El intendente Campagnolo, retratado en su despacho delante del cuadro del general Perón en su caballo blanco y una escultura en bronce del escudo justicialista con los retratos de Eva Perón y su esposo, expresó su salutación por el aniversario afirmando que estaba empeñado “en la tarea de la reconstrucción nacional, que hoy es imperativo de la patria toda”. En el mismo tono se expresó el profesor Rodolfo N. Ruggeri, intendente de Rosario. Mayor desarrollo tuvieron las notas escritas para la publicación por fray Jesús Mancilla, superior del Convento de San Francisco, sobre el tema “San Francisco, símbolo y síntesis de un gran pueblo, Santa Fe”; la de Agustín Zapata Golán, director del Departamento de Estudios Etnográficos y Coloniales de la provincia de Santa Fe, artículo denominado “Tres capítulos de la población del Río de la Plata”, refiriéndose a “Asunción, un mundo aparte”. “La expedición de las mujeres” y “Las puertas de la tierra”. Como no podía ser de otra manera tratándose de una publicación comercial se publicaron notas sobre el “Alhambra Hotel”, de Rivadavia 3432; la Lotería de Santa Fe”, la casa Gath y Chaves; y el Nuevo Banco Italiano; junto a pequeñas crónicas institucionales de Casilda, Venado Tuerto, Santo Tomé, Rafaela, Sancti Spiritu, Pergamino, etc., y escuetas trayectorias biográficas de profesionales, empresarios y comerciantes de estas ciudades y localidadesEvolución Argentina, Segunda Época, Año 35, N. 182, Diciembre de 1973 y enero de 1974, Buenos Aires.
[29] La Capital, 13 de noviembre de 1973.
[30] Clarín, 16 de noviembre de 1973.
[31] La Capital, 16 de noviembre de 1973.
[32] La Capital, 18 de noviembre de 1973.
[33] La Capital, 18 de noviembre de 1973.
[34] Entrevista a Rubén Dunda, Rosario, julio de 2006.
[35] El Litoral, 18 de noviembre de 1973.
[36] La Capital, 18 de noviembre de 1973.
[37] Ibídem, 29 de noviembre de 1973.
[38] Esta definición corresponde entenderse dentro del discurso imperante en el tercer peronismo de los pactos para la concertación y el influjo del Acta de Compromiso Nacional y Plan Trienal para la Liberación y la
Reconstrucción Nacional, del Poder Ejecutivo Nacional, de 1973.
[39] El Litoral, 18 de noviembre de 1973.
[40] El Litoral, 16 de noviembre de 1973.
[41] Discursos del Gobernador de la Provincia de Santa Fe, ingeniero Jorge A. Obeid, 1995-1999, publicación oficial, p. 132.
[42] Discursos del Gobernador de la Provincia de Santa Fe, ingeniero Jorge A. Obeid, 1995-1999, publicación oficial, p. 132.
[43] Crónica del Tercer Congreso de Historia Argentina y Regional, Santa Fe-Paraná, Academia Nacional de la Historia, Buenos Aires, 1975, p. 11.
[44] Crónica del Tercer Congreso de Historia Argentina y Regional, Santa Fe-Paraná, Academia Nacional de la Historia, Buenos Aires, 1975, p. 37.
[45] Crónica del Tercer Congreso de Historia Argentina y Regional, Santa Fe-Paraná, Academia Nacional de la Historia, Buenos Aires, 1975, p. 78.
[46] APCSB, Discurso de Carlos Sylvestre Begnis en la Convención Fundadora del Movimiento Línea Popular, Hotel Madrid, Buenos Aires, 13 de junio de 1975.
[47] Entrevista a Félix Luna, Buenos Aires, junio de 2004.
[48] APCSB, Carpeta de recortes periodísticos, septiembre de 1980. Transcripta mecanografiada. Sin mención de publicación ni autor.